1 de diciembre de 2008

Historia triste

Como era una persona muy ordenada, había etiquetado cada caja: Ropa, Ordenador, Libros, Tele, Vajilla... Con esfuerzo y paciencia, las había bajado a la calle. Las depositaba junto al portal con tal minuciosidad que parecía estar jugando a un Tetris de cartón con fondo de ladrillos. Subió a por la última caja, aquella que no había querido dejar a la intemperie. Era pequeña y especialmente reforzada. En la etiqueta se podía leer: Corazón. Frágil
Cuando llegó la furgoneta de mudanza, tuvo que reprimir una lágrima.
-¿Está todo? -dijo el primero que bajó de la furgoneta, señalando al montón de cajas.
"No", pensó.
-Sí, está todo -dijo al fin.

1 comentarios:

Escéptica al revés dijo...

Qué bonito (de verdad, me gusta). :)